Aplicaciones del Método Científico


Los experimentos de Francesco Redi

El médico italiano Francesco Redi (1621-1697) investigó por qué los gusanos (que son las larvas de las moscas) aparecen en la carne en descomposición. En la época de Redi, el hecho de que se formaran gusanos en la carne se consideraba prueba de la generación espontánea, es decir, la producción de seres vivos a partir de la materia inerte.
Redi observó que las moscas pululaban cerca de la carne fresca y que los gusanos aparecían en la carne que se dejaba a la intemperie unos cuantos días. Postuló, entonces, que las moscas son las productoras de los gusanos. Para comprobarlo, Redi tomó dos frascos transparentes y colocó dentro de ellos trozos de carne semejantes. Dejó un frasco abierto y cubrió el otro con una gasa para mantener afuera a las moscas. Se esforzó lo mejor que pudo para mantener constantes las demás variables (el tipo de frasco, el tipo de carne, la temperatura).
Después de unos cuantos días, observó gusanos en el frasco que estaba abierto, pero no encontró gusano alguno en el frasco cubierto. Redi concluyó que su idea era correcta y que los gusanos eran producidos por las moscas, no por la carne.



Los experimentos de Malte Andersson

Andersson observó que las aves llamadas viudas del paraíso machos, y no las hembras, tenían colas extravagantemente largas, las cuales despliegan mientras vuelan por las praderas africanas. Esta observación llevó a Andersson a plantearse por qué sólo los machos tienen colas tan largas. Una posible respuesta a la pregunta era que las hembras prefieren aparearse con machos de colas largas, los cuales tendrán mayor descendencia que los machos de cola más corta. Basado en esto, Andersson predijo que, de ser así, más hembras construirían nidos en los territorios de los machos con colas artificialmente alargadas, que las que construirían los nidos en los territorios de los machos con la cola artificialmente recortada.
Andersson atrapó algunos machos y les recortó sus colas hasta aproximadamente la mitad de su longitud original, y luego los soltó. Otro grupo de machos tenían pegadas las plumas de las colas que se quitaron a los machos del primer grupo, para aumentar al doble la longitud de la cola. Por último, Andersson tuvo dos grupos de control: a uno se le cortó la cola y luego se le volvió a poner; en el otro, los animales fueron simplemente atrapados y liberados.
Después de unos cuantos días, Andersson contó el número de nidos que las hembras habían  construido en cada uno de los territorios de los machos. Encontró que los machos con colas alargadas tenían más nidos en sus territorios, los machos con colas recortadas tenían menos, y los machos de control tenían un número intermedio de nidos.


Adaptado de Biología, Audesirk y col, octava edición, 2008